Desde el mirador de la Cruz de Piedra, a la salida del casco urbano de Beratón, si se mira hacia Soria, se ve el macizo del Moncayo, con sus cumbres que superan los 2.000 m de altitud, como el pico de San Miguel (2.316 metros) o el Moncayo de Castilla o Peña Negra (2.118). Si se mira hacia el otro lado, hacia Zaragoza, la sierra se extiende hacia el sureste con estribaciones menores que rondan los 1.500 metros, como la Sierra del Tablado. Y frente al balcón de Beratón, al borde del mismo casco urbano, se hunde el impresionante barranco del río Isuela –que nace en el propio término de Beratón-, bordeado de crestones y muelas calcáreas, de cortados rocosos imposibles, que aportan una gran variedad de vegetación al paisaje.
Y es que Beratón está a menos de 8 kilómetros de la provincia de Zaragoza. Es el último pueblo soriano y el más alto, tanto de la comarca del Moncayo como de la provincia de Soria. Su estratégica ubicación convierte la visita a Beratón en una parada obligada, para todos los que quieran conocer la sierra moncaína en toda su dimensión paisajística y cultural.
El recorrido de la cara más oculta del Moncayo puede iniciarse desde Ágreda o Borja, a una distancia de 31 y 72 kilómetros de Beratón, respectivamente. Ambas están en la N-122, con Tarazona en el medio. Pero si ya se está en el Somontano moncaíno, en el entorno la zona recreativa de la Dehesa del Parque Natural, lo mejor es buscar la carretera SO-382 para ir a Ágreda por Vozmediano, bordeando la montaña soriana. Comienza el encuentro con el Moncayo menos conocido.
Ágreda, llamada 'Villa de las tres culturas' en alusión a los judíos, moros y cristianos que convivieron durante siglos, es un conjunto urbano que cuenta con un importante patrimonio cultural y arquitectónico. En Ágreda se toma la carretera C-101 para ir a la pujante Ólvega, a 11 kilómetros, continuando el abrazo al Moncayo.  Se sigue en dirección Almazán, y al llegar al puerto de la Carrasca se coge el cruce de la carretera SO-P-2016, que va a Cueva de Ágreda (11 kilómetros de distancia desde Ólvega). En esta población destaca su iglesia románica de Santa María de las Cuevas y su Dehesa. También hay una ruta de acceso al Pico San Miguel.
Continuando la carretera, diez kilómetros más adelante, aparece Beratón, un balcón de casi 1.400 metros de altitud que se asoma hacia Aragón. Su privilegiado entorno natural, entre el macizo del Moncayo y las sucesivas muelas calcáreas de las estribaciones de la sierra, ofrece un sinfín de posibilidades para practicar senderismo y otras actividades de naturaleza, como ascender al Pico San Miguel, atravesar el Moncayo hacia el Somontano por Añón, alcanzar los nacederos de los ríos Araviana e Isuela, o recorrer los diferentes caminos y sendas del barranco del río Isuela.
También está la ruta que lleva al roble de la cruz de los ladrones, donde la tradición señala el lugar donde fueron ajusticiados algunos de los ladrones de la banda de Chupina, por el saqueo del pueblo en 1872. Algunos autores también apuntan la posibilidad de que en este lugar hubiera podido estar el robledal sagrado de los celtíberos que señalara el autor hispano-romano Marcial.
Desde Beratón, el trazado de 'La cara oculta del Moncayo' pasa ya a tierras aragonesas, a la vez que se estrecha la carretera y el paisaje se embarranca, siguiendo el río Isuela, en busca de la vecina Pujurosa, cuyo término forma parte del Parque Natural del Moncayo.
La pequeña distancia de 8 kilómetros entre las dos localidades ofrece un paisaje espectacular, como también lo es el asentamiento de Pujurosa, colgada en uno de los numerosos cortados y muelas calcáreas de la zona. Sólo por conocer el trayecto que separa Beratón y Pujurosa merece la pena realizar la ruta de 'La cara oculta del Moncayo'. El tercer pueblo del sudeste de la sierra moncaína es Calcena, a 7 kilómetros de Pujurosa. También ofrece un caserío tremendamente empinado, en el mismo paisaje agreste de crestas calcáreas y barrancos, aunque con formas más suavizadas. Tiene un centro de interpretación del Moncayo y sobresale el conjunto de pequeñas bodegas enterradas existentes, que recuerdan que la zona es tierra de vinos.
'La cara oculta del Moncayo' se abre por la carretera A-2302 hasta el pueblo de Trasobares, a 8 kilómetros de Calcena. Se asienta en una hondonada, protegido, en el margen izquierdo del Isuela.  Está ya en el extremo sur de las estribaciones de la sierra moncaína. La salida se hace continuando por Tierga, el último pueblo de la comarca de Aranda, donde se coge la carretera A-1301 que lleva a Tabuenca. Más adelante, se puede elegir continuar hacia Ainzón y Borja, o hacia Fuendejalón y Magallón. El destino final es la carretera N-122.

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